La verdad es que no era nuestra intención hacer una serie monográfica de «cantantes subiditos de ego que se meten a dirigir cine», simplemente las circunstancias nos han llevado a esto. Y si al menos de mi dependiese, pueden seguir con esta moda todo el tiempo que quieran, porque si «The Fanatic» era una despropósito y una mierda como la copa de un pino, la de hoy es que ya no tiene nombre. Bueno, de ponerle un nombre sería el ‘The Room de las antologías de terror’… Hoy nos ocupa Verotika, la magna obra, el tour de force de otro que no es Glenn Danzig.
Por si alguien necesita refrescar la memoria, Glenn es el cantante original de The Misfits, que luego abandonaría para crear Danzig. Esta persona, de alzado ego, lleva prácticamente desde finales de los 80 sin lanzar nada bueno. Y es ahora, cuando sus últimos trabajos musicales están tocando fondo, se decide a guionizar y dirigir cine. Y creo que no hace falta decir que no es lo suyo, es más, Fred Durst tienen bastante más maña que él… que ya es decir. Veo que no, ni siquiera a ostias consiguieron bajarle los humos en su día.
Verotika está basada los cómics del mismo nombre, publicados bajo el sello Verotik, creado también por Glenn. Son historias cortas de terror para adultos, con alto contenido violento y erotico… «Verotik» ¿Lo pillais? ¡Es súper ingenioso eh! Se habrá quedado calvo detrás de las orejas tras inventar algo tan «edgy»… y a su edad… Imaginamos que tampoco se le puede pedir más. Además, este sello ha publicado aproximadamente una veintena de cómics en los más de 25 años que lleva en activo, por lo que como negocio no debe hacer, seguramente sea otro capricho de Glenn. Resumiendo, que vamos a ver la película basada en los cómics guarros, en las fantasías húmedas de un cantante de punk y rock subidito de ego.
Las historias son presentadas al más puro estilo Elvira, con una especie de súcubo haciendo cosas violentas para luego dar paso a cada una de las tres historias que vamos a ver. Ya en la primera introducción podemos ver varias cosas que van a ser una constante durante todo el metraje: las actrices son casi todas actrices porno (de hecho Kayden Kross es la anfitriona de las historias), los planos son demasiado largos, y todo el mundo habla lento… y se queda mirando a la cámara porque Glenn debía quedarse dormido y se le pasaba decir «¡Corten!». Siempre, al final de cada escena, se terminan las líneas que los «»actores»» tienen que decir, y la película sigue, sin que suceda nada, con la gente que sale en pantalla deseando que corten… pero no, la escena no termina, durante ~10 segundos que se hacen eternos. Empezamos bien.
Primera historia: ¡Por favor lavadme los ojos con lejía!
Esta historia empieza con una mamada, con una escena de sexo innecesariamente larga y agónica (muy al estilo de The Room), donde una pareja se da el lote durante varios e interminables minutos. Durante ellos, él insiste en que ella se quite el top, porque está muy interesado en verle las neumáticas y operadas tetas a ella, pero ella no está por la labor. Al final, consigue quitarle el top y él escapa despavorido, y por fin vemos porqué ella no quería, tiene ojos en vez de pezones. Una compañera de piso (imaginamos, porque no nos dicen nada), aparece en escena preguntando por el jaleo, y entre sollozos dice que siempre le pasa lo mismo… Lo siento, no podía empatizar con la chica, yo estaba partiéndome porque la frase de él fue: «Tus tetas… ¡Me están mirando!».

¡Eh, los ojos están aquí arriba!
Tiene una breve charla de chicas con su compi en la que alguien debería explicarme porqué todo el mundo tiene acento francés si son actores americanos, ¡¿qué tipo de antojo extravagante de Glenn es este?! Además en cada cambio de plano, el top de nuestra prota se sube y se baja solo. Durante todo esto, también vemos imágenes de una araña blanca trepando por una rosa que hay en un jarroncito al lado de ellos. Pero no una araña cualquiera, sino la peor araña CGI que he visto en mi puta existencia. La araña, de alguna forma, se cae de la mesilla a los pies de ella. Como está tan triste los ojos de sus tetas también lloran, y una de esas lágrimas caen encima de la araña, que empieza a transformarse. Y nos pasan los créditos, donde vemos que la banda sonora también ha corrido a cargo de Glenn. Con lo que ya tenemos Dirección, Guión, Banda Sonora y Producción a cargo de este mequetrefe… Solamente le falta protragonizar y ya se marca un Tommy Wiseau.
La araña se transforma en un tipo albino enfundado en un traje de látex a cuerpo entero, con seis brazos. Por supuesto que los brazos «extra» no se mueven para nada, este es el nivel de producción de la cinta. Además, el traje está roto por la parte de la bragueta y ni siquiera se han molestado en arreglarlo. A partir de este momento, el señor del traje de látex se dedica a violar y matar mujeres, aparentenmente mientras nuestra protagonista duerme, porque la bestia esta solamente se manifiesta mientras ella sueña. Y es que no pasa nada más, no hay trama, no hay conflicto, solamente pasan cosas. Ella visita un cine porno, se sienta, y no hace más que decir que solo follan en la película… ¿¡Qué mierda esperaba en una peli porno!? ¿Recetas de cocina? Los tres tipos que hay en el cine intentan violarla, y ella escapa a una cafetería, se sienta, el camarero le pregunta si quiere que le rellene la taza (acaba de llegar), y ella le dice que ya se iba (acaba de llegar y de sentarse). De aquí saltamos a un enfrentamiento final, donde ella se droga para morir de sobredosis mientras la bestia la agarra de la cara… Que todavía no alcanzo a entender porqué todo el mundo inmoviliza a la gente agarrándola de la cara en esta película. La policía llega y acribilla al bicho, fin.

Goro Wins!
Segunda Historia: Strippers y policías
Hay una bruja piruja que tiene la cara con quemaduras a lo Freddy Krueger que anda por ahí cortándole y robándole la cara a mujeres. En los 30 minutos que duran la historia, 10 de ellos, y sin exagerar, son strippers bailando en la barra. Unos policías super sobreactuados con clichés y jerga noventera se dedicar a buscar a esta asesina… Que es una de las strippers.
13 víctimas después, en la escena del crimen, encuentran una tarjeta del club de striptease… ¡Y automáticamente ya saben que es ella! ¡La chica que se llama «Mystery Girl»! El detective calvo se dirige al club y ella lo coge desprevenido por la espalda y le pone la navaja al cuello. Se corta el plano y vemos como él dispara con su pistola… ¡Pero si ella estaba detrás! ¿¡Cómo mierda le ha dado!? Ella escapa, y seis meses más tarde, ella está trabajando en otro club de striptease (con su previa escena de las bailarinas por supuesto). Sí, el resumen de esta historia es mucho más corto que el de la anterior, ¡Pero es que no pasa nada más! Los planos siguen siendo innecesariamente largos, con zoom ins y zoom outs mientras los actores esperan con cara de circunstancias a que terminen esos agónicos segundos que pasan hasta que cortan escena. Que por cierto, absoulatemente TODAS las escenas de esta película terminan con un fundido a negro, Glenn no conoce otro recurso.

Muy creíble que está dando un paseo
Tercera historia: ¡Aquí no pasa nada!
Empieza con un suelo hecho por cromazo cutre, una tía llega y se refriega la cara con sangre de mentira, durante varios e interminables minutos. Es una parodia (porque serio no es) de la condesa Bathory, porque va de una tía que roba la sangre de vírgenenes para bañarse en sangre y ser joven por siempre. Toda la historia va de esta tipa fregándose con sangre, bañándose en sangre, o lamiendo otra mujer cubierta en sangre. No ocurre nada más, se dan un paseo en caballo y poco más. Me gustaría tener algo más que decir, ¡pero es que en esta media hora no ocurre nada más! Solamente hay tetas y sangre, como en un videoclip de Cradle of Filth, pero estirado como chicle para abarcar media hora.

Tetas y sangre, nada más
Puedo decir y digo que esto es y será lo peor de 2020. Un auténtico tour de force por la ineptitud del señor Danzig en un campo en el que nunca debería haberse entrometido. ¡Salud para [email protected]!