Al contrario de lo que podais suponer por el título, no se trata de un documental sobre las rebajas de El Corte Inglés, sino nada menos que un soporífero film de NU IMAGE sobre la típica catástrofe natural de las montañas blancas hecha por encargo del no menos prestigioso SCI-FI CHANNEL, o lo que es lo mismo: los comparsas búlgaros contra la Madre Naturaleza. Truñón asegurado!Desgraciadamente las suculentas espectativas se fueron a norris sólo con degustar los primeros diez minutos de semejante inmundicia, es de esas pelis que al finalizar la sesión te acuerdas de la familia entera de sus creadores, blasfemando continuamente hasta extenuarte, más que nada para que tu mala leche no afecte a la, ya de por sí maltrecha, úlcera. Lo más triste es que excepcinalmente la sesión del pasado jueves resultó ser masiva, con la congregación de los habituales Mon Gol, Maestro Agonizante y quien escribe, la recientemente miembro de honor Asesina-Androide (que es capaz de desplazarse desde la otra punta de la Isla para asistir a una de nuestras alocadas sesiones, 90 kms. entre ir i venir), la hermana de Mon Gol y el últimamente asiduo (y siempre bienvenido) Caimán, y por tanto me sentí fatal por exhibirles este somnífero en formato fílmico. Conclusión: todo el mundo se me tiró al cuello, obtuve 2 puntos negativos, y un poco más y me expulsan para la próxima sesión. Eso me pasa por confiar ciegamente en NU IMAGE.

Sí, son riesgos que has de asumir, pero que quereis que os diga, si «Máximo riesgo» y «Límete vertical» contando con presupuestos de grandes estudios eran poco menos que risibles, esta «Avalancha» hecha con cuatro perras y protagonizada por mi idolatrado séquito de comparsas búlgaros tenía todos los números para knockearnos de risa. El resultado, como ya he dicho, fue más bien lo contrario y tuvimos que tragarnos, mientras llorábamos de pena, este nefasto telefilm que no gusta ni al menos exigente. Veamos el por qué:

Un emprendedor empresario construye una serie de residencias en los Montes Urales para promover rutas de riesgo y mostrar el bello y natural paisaje de Bulgaria… quiero decir… de la cordillera rusa para así ganarse buenas perras. Aunque inacabadas, las instalaciones ya están en pleno funcionamiento y un grupo de descerebrados adolescentes parten montaña arriba a hacer el longui con las motos de nieve. Uno de los mendas hace el tonto más de lo habitual y como era de preveer provoca el primer alud de la sesión. A golpe de nieve de porespán y cataratas infográficas mediante un Commodore 64k (alternadas con imágenes de archivo del National Geographic) observamos como el centro residencial es medio enterrado por la avalancha en cuestión. Parece que nadie a fenecido en el desastre natural, pero observamos como una pobre niña llora desconsolada en un banco al tiempo que el resto de peña se recupera. ¿Habrá perdido a su madre? ¿Ha desaparecido su hermano? ¿Su mejor amiga? No! ha perdido su muñeca preferida! En una escena de dramatismo gratuíto a lo «Hay una carta para tí» vemos como una de las auxiliares encuentra la dichosa muñequita enterrada bajo la nieve y la niña se pone super feliz. Qué chachi pilongui! Pues bien, después de este espectáculo dantesco el promotor no se da por vencido he insiste en que finalicen las instalaciones invernales de ocio, aunque sea avisado mil y una veces por la ecologista tocacojones de turno. Ella es la única que sabe del alto riesgo de avalanchas en esa parte de la cordillera, pero es ignorada por el terco empresario que prefiere el dinero a salvar vidas humanas. En mi vida me he topado con muchos ecologistas coñazos, pero ninguno como la protagonista esta que hasta es capaz de hablar con la nieve (!!!). Además de coñazo, la pava es idiota, porque si tan segura está del inevitable desprendimiento, si yo fuera ella iría a llamar a protección civil, al guardabosques o al Capitán Planeta si hace falta, pero no, como todo el mundo la ignora se queda en su cabaña y a aguantar el chaparrón. Más o menos como «Dantes Peak«, pero con nieve.

Finalmente las instalaciones de recreo se inauguran ante la satisfacción del promotor, pero como se veía venir al final de la película, tanto movimiento en esa zona provoca la madre de todas las avalanchas que, por mucho empeño que hayan puesto Dodov, Elenov, Sotirov, Stoichkov y compañía, la escena resulta de lo más patética y avergonzante. En ella parte de los protagonistas quedan enterrados en el bar «Ice Cave» (que parece ser el mismo que aparece en «Devastación«) y tienen que ser rescatados por la otra media parte. Ahí asistimos a la escena más chocante del metraje: un pequeño grupo intenta encontrar supervivientes enterrados clavando unas largas varas en la nieve. Pues bien, en un momento dado encuentran a uno, pero en el mismo instante un compañero en otra parte les avisa que ha encontrado otro superviviente y… abandonan el primero para rescatar el segundo! Perdónales señor porque no saben lo que hacen. Después de toda una parafernalia para hacer un agujero hasta llegar al bar donde se encuentra el grupo de atrapados, llega el helicóptero de rescate… y provoca otro pequeño desprendimiento por culpa de las hélices, jajaja. Bueno, jajaja no, porque la escena es tan lamentable que dan ganas de pegar a alguien (a ser posible al maldito guionista). La escena final transcurre dentro del plató de los mega-estudios búlgaros donde salen uno a uno todos los supervivientes atrapados en el cochambroso bar. Fin. Por fin.

Sólo con una peli de mierda me podía salir una reseña de mierda como esta, pero mi obligación era la de avisaros. No intento presionar a nadie, cada uno es libre de hacer lo que le venga en gana, pero mi recomendación es que os aparteis lo más lejos posible de semejante mojón. Es tan mala que hasta me da vergüenza de salir a la calle y que los transeúntes me señalen diciendo: «Mirad, es el tipo que alquiló «Avalancha«, juajuajua!«.

IMDB de la Película