Efectivamente, «Avalancha» no fue más que un estúpido tropezón en la imprescindible filmografía de NU IMAGE, porque el pasado jueves volvimos a disfrutar de otro de los artefactos explotadores de búlgaros, todo un espectáculo ridículamente entretenido realizado por el Dios Yossi Wein e interpretado por el pedorro de Bryan Genesse, el doble pedorro Bentley Mitchum y el mejor actor que haya exportado nunca el país que vio nacer a Hristo Stoichkov; el grandísimo Bashar Rahal, más conocido entre nuestro Club por Pita Pita Del (todo el mundo en pie!). Cuadruple acción dominguera sacada directamente del cubo de la basura.

El resultado de ese choque de egos no es más que un compendio de situaciones descacharrantes patosamente resueltas, donde nuestro admirado Yossi Wein nos avasalla con una oxidada action movie que convierte la filmografía entera de Steven Seagal y Chuck Norris en obras de arte (que para mí realmente lo son, en serio, todo es cuestión de gustos). A grandes rasgos se trata de una serie de escenas en un tren calcadas de «Alerta máxima 2» y «La jungla de cristal» pasados por la mano maestra del aclamado director de «Octopus 2«, «Cyborg Cop III» y «Devastación«. A que mola! Pues ahí metedle a Pita Pita Del y vais a llorar de gustirrinín, que eso fue precisamente lo que hicimos nosotros (menos Asesina-Androide, que la pobre echó más de una cabezadita). ¿Y entonces por qué idolatramos a un director tan inepto que no sabe ni lo qué es un traveling? Primero por nuestro penoso gusto cinematográfico y en segundo lugar porque te hace pasar un rato la mar de divertido, que de eso se trata, de cachondearte de la peli, de él y de su puta madre. Toda la vida me acordaré de un extra que aparece en el DVD de «Devastación» donde el realizador, sentado en su trono-despacho de la central de NU IMAGE adornado con posters de «Cocodrilo 2» y «Spiders 2» (!!!), nos enseña la técnica de la «pantalla verde». Sí, esa que utilizan los hombres del tiempo para poner un fondo o decorado virtual! El pajarraco nos narra esa sorprendente técnica como si fuese él el descubridor y eso, que yo sepa, hace más de 20 años que se inventó. ¿Aún os quedan dudas del por qué de nuestra vehemencia hacia su persona?

Sin más preámbulo vayamos a analizar lo que nos depara esta mierdícula:

Un tren de seguridad altamente blindado transporta un puñado de diamantes salvaguardado por Genesse y su panda de inútiles seguratas. Rápidamente, y de la forma más estúpida, es despistado por el nietecito de Robert Mitchum, el maloso de turno, que en un plis-plas se hace con los mandos de la locomotora secundado por sus colegas Kurt Cobain, Calculín y una jamelga que nos fue imposible bautizar. Aquí transcurre la primera escena con la que nos partimos la caja (y uno de los topicazos del cine de acción): los malosos, todos juntos, colocan una bomba en la caja fuerte que contiene los diamentes y, una vez fijada, Calculín ordena al resto del equipo que se aparten rápido y corriendo hasta una distancia prudente, que la bomba va a explotar. Una vez seguros, el tipo saca un temporizador y hace estallar la bomba. Y digo yo: si tienes un temporizador, ¿por qué te has de apartar rápidamente como si se te fuese la vida en ello? ¿No puedes ir caminando con toda la tranquilidad y pulsarlo cuando te dé la real gana? Pues bien, la cuestión es que los tipejos consiguen abrir la caja y una vez conseguido el botín saltan del tren y escapan. El trenaco sin maquinista inevitablemente descarrilla y sufre un aparatoso accidente y comprobamos que el único superviviente es el prota (claro, si no acabaría aquí la peli) que sale sano y salvo entre el amasijo de hierro.

Por supuesto el joven policía se lo toma como algo personal y sigue la pista a los ladrones hasta dar con ellos en México, que, por mucho que se esfuercen, se ve a kilómetros de distancia que la localización está filmada en Sofía, Bulgaria. Los de la dirección artística de NU IMAGE se creen que para convertir un bar caucasiano en un bar mexicano sólo has de poner música ranchera y listo. En fin, allí se encuentran el Mitchum y compañía dándose lingotazos de tequila en eso que entra el poli chuleras junto al doble del Teniente Castillo de «Corrupción en Miami» a saco en el antro con su unidad especial patosamente de uno en uno (se nota que no han visto ni un solo capítulo de «Los hombres de Harrelson«), pero aún así consiguen capturarlos.

Aquí entramos en el nudo del argumento y al mayor número de tropiezos por segundo.

Los malosos han de ser devueltos a Estados Unidos en un vagón-celda de un tren de pasajeros. La fauna que puede encontrarse ahí es de la más variopinta: un lisiado, un cura y dos monjas, unos niños repelentes, una embarazada, un chulo-piscinas y un grupo de adolescentes descerebrados que convierten esta situación en un alucinante viaje a lo «Autopista al infierno«. Como es de suponer, los ladrones consiguen escapar con la ayuda de Pita Pita Del, que es poli traidor, y se hacen con los mandos del tren. De aquí hasta el final es una carcajada continua, vayamos a ver si me acuerdo de las escenitas más desternillantes:

– Mientras el prota y el Teniente Castillo preparan la captura de los ladrones asesinos en la ajetreada oficina de policía podemos observar como Pita Pita Del pasa dos veces por detrás de ellos siempre de izquierda a derecha en menos de 2 segundos.

– Cada vez que el Genesse se hace el chulo como Steven Seagal saltando de vagón a vagón, el tren no se desplaza a más de 2 Kilómetros por hora, como el AVE Madrid-Lleida, para que el pobre infeliz no se caiga. De hecho, en un momento dado nos pareció ver un caracol como lo adelantaba.

– La cantidad de balas y la gente inocente que se cargan los malosos. Casi casi «Hard-Boiled«, oigan.

– En la filmaciones del tren, según la toma, podemos observar como cambian las localizaciones, por ejemplo, en una toma el tren pasa por medio de un bosque, pero a la siguiente atraviesa un terreno desolado.

– La chupa cuero Matrix que pasea el prota. Fijo que es de lo más incómoda, pero le queda chupi-molona, que de eso se trata.

– El típico tiroteo a menos de 10 metros de distancia, pero ninguno de los dos acierta a su adversario.

– El maquinista ruso, el descojone padre. Un tipejo regordete con barba y pinta a caucasiano (con gorra de comunista incorporada) haciéndose pasar por un mexicano sólo porque bebe tequila y escucha rancheras en un radio-cassette apoyado en su espalda.

– En una toma aérea donde el tren está pasando sobre un puente vemos claramente que está parado.

– La misma localización. Siempre que sale alguna escena donde el prota hace el menda sobre los vagones observamos como cada dos por tres pasan al lado de la misma casa, ya que es claramente identificable debido a un agujero en el tejado. No exagero si digo que esa casa aparece más de 5 veces.

– La escena repetida, sin duda lo mejor de la peli. No es que usen el mismo metraje dos veces, sino que filman una escena por partida doble! El tren llega a una estación y los malotes salen rápidamente porque hay un helicóptero que los espera para escapar, pero son interceptados acto seguido por los cutre-SWAT y se vuelven a meter dentro del tren otra vez. La máquina se vuelve a poner en marcha y cuando llegan a la siguiente estación repiten la misma acción: los malosos se bajan para llegar al helicóptero que los vuelve a esperar, son interceptados otra vez por los polis y se vuelven aprisa y corriendo al tren. Demencial!

Palabra de Yossi Wein. AMÉN.

IMDB de la Película