Por cortesía de Amando de Ossorio, que no es otro que el genio (o antihéroe, según se vea) que también perpetró Serpiente De Mar, nos llegó esta cinta en V.O.S. que prometía mucho, y que en cierto modo, no decepcionó… aunque eso sí, se respiró mucho sopor en el ambiente. (Click en «Leer más»)
Este amago de película forma parte de una trilogía en la que también figuran las cintas El Ataque de los Muertos Sin Ojos y El Buque Maldito, pues bien, desde hace algún tiempo dispongo de una copia de «El Buque Maldito» en versión original sin subtítulos, de ahí que no la hayamos visto todavía… la cuestión es que no me extraña que sea una trilogía, porque «Buque Maldio» es EXACTAMENTE la misma película, solo que se desarrolla en un barco. Y como no, usan el MISMO disfraz para los zombies/esqueletos, supongo que si los susodichos disfraces se encontrasen en buen estado en 1984, no pongo en duda que el señor Ossorio los hubiese utilizado para rodar «Serpiente de Mar» aunque no viniesen a cuento los zombies.
Bueno, dejando anécdotas cinéfilas y parafilias de lado, centrémonos en la película en sí, cuyo argumento es la cosa más casual e inverosímil de cuantas hayamos podido ver. Después de una música de suspense, e imagénes bucólicas de unas ruinas con los títulos de crédito superpuestos (los títulos de crédito al principio, la cosa promete), aparece una mano de putrefacta látex de repente intentando asustar al personal… sin comentarios. Una jovencita (la rubia) se encuentra en una piscina de un hotel a una amiga (la morena) a la que hacía muchos años que no veía, acompañada de un chulopiscinas que según ella «no es más que un amigo» (detalle que calcan y recalcan durante toda la película), pues bien, así sobre la marcha deciden ir a portugal a pasar unos días de vacaciones, así, de repente y sin mayores miramientos. En la siguiente escena ya se encuentran de camino en el tren hacia allá.
En el tren, el chulopiscinas intenta ligarse a la rubia, cosa que a la morena le sienta bastante mal, y es entonces cuando tenemos un flashback al pasado cuando ambas eran compañeras de habitación en un internado, con escena pseudo-lésbica incluída (no se emocionen, que para la época ya era muy fuerte lo que se ve). Y tan mal le sentó, que se tiró del tren, en medio de ninguna parte, y bajo un sol de justicia, la morena se cobija en un monasterio abandonado y en ruinas y monta campamento y se mete en el saco de dormir (a eso de las 3 de la tarde), un gran plan para unas vacaciones, sin duda. El chiringo le dura montado a la morena hasta que suenan las campanas del monasterio y en el cementerio del mismo se levantan los esqueletos de los templarios que lo habitaron en tiempos para ingerir sangre fresca. Dichos templarios tienen la capacidad de desplazarse a cámara lenta, ya sea a pie o a caballo. Tras una bochornosa persecución, la pillan y la matan.
Mientras, los otros dos se dedican a preguntar por el monasterio, ante el miedo de los locales. Al final deciden ir a buscarla junto con unos policías, luego junto con unos delincuentes… tan patanes son que al final de la película se llevan a los templarios en tren hacia la gran ciudad… que desastre. Sí, lo sé, me he comido buena parte de la película, pero el único detalle de la película aparte de las interminables persecuciones a cámara lenta y los agudos e interminables gritos de las protagonistas… lo único digno de mención, es que las dos veces que se ven salir a los templarios de sus tumbas, son dos veces que se repite EL MISMO METRAJE.
Concluyendo, dejando aparte películas «Ascor» intencionadas como bien podría ser El Ataque de los Tomates Asesinos, en los años 70 también hay películas de terrorcillo que pretendían ser serias y no se quedan en más que un Ascor de categoría.