Tranquilos, no es que haya recuperado el subgénero de pelis ninjas que tanto anhelabais (jaja), no, cualquier parecido de este pedazo de estiercol con los films de Joseph Lai & co. es pura casualidad. Es el típico caso donde el título es lo mejor de la película y que no tiene nada que ver con el argumento, porque una vez visionado el contenido te preguntas, una vez más, por qué eres tan masoca de aguantar esta inmundicia hasta el final. Si hay una cosa que no soporto en esta vida es que me tomen el pelo y con este engendro me han dejado directamente calvo.

El otro día bromeaba con maese SnifoAzufre en el Messenger de por qué todos todos los dementes de este planeta acaban haciendo películas, y el tío me salió con otra cuestión aún más importante: ¿Por qué hay productores que invierten dinero en esos perturbados mentales para que hagan este tipo de pelis? Snifo, una vez más no sé que responderte. Como todo en la vida hay cosas que no tienen explicación, las cosas son así sin más, no hay que darle más vueltas. Pero es que cuando visionas una defecación fílmica como «Robot Ninja» es cuando te das cuenta de que esta peña proviene de Ganímedes o algún sitio parecido, sin ningún tipo de dudas no son de nuestro mundo.

Como he dicho anteriormente, el título es totalmente engañoso, porque aquí no aparecen ni robots, ni ninjas, ni nada que se asemeje, simplemente es un mierdón de dimensiones épicas que más vale despachar lo más rápidamente posible. Es en plan rollo chiste chorra made in Troma más el cutrerío de «Kraa!», pero sin berberechos alienígenas que hablan italiano de por medio. El reparto (ejem, ejem) son cinco actores escasos más un par de extras que hacen el imbécil sin parar, y en cuanto al aspecto técnico… me callo, mejor me callo.

Y bien, ¿qué nos depara este atentado contra la inteligencia? La verdad es que me resulta difícil explicar el argumento, porque hace demasiado tiempo que la visionamos, y durante este periodo de tiempo no he hecho otra cosa que intentar borrarla de mi maltrecha mente, pero bueno, es mi deber informar a la humanidad sobre su contenido para salvar cuantas más almas desamparadas mejor.

Un dibujante de cómics, más paleto que Steve Urkel y Melvin de «El vengador Tóxico» juntos, presencia un crimen en medio de una carretera (muy cutre, por cierto) y de la noche a la mañana decide convertirse en justiciero de la noche, tomándose la justicia por su mano. Tomando como referencia al protagonista de su propio cómic, el Robot Ninja (jaja), encarga a un amigo que le haga el disfraz superguay cazamalosos y en un abrir y cerrar de ojos… ya se ha convertido en superhéroe! (???) Un día probaré a ver si poniéndome un cutre-disfraz de Power Ranger obtengo superpoderes. Pues bien, el tipejo este decide salir a la calle y liarla, pero en cada uno de los intentos se lleva una serie de mamporros por parte de los maleantes que dejan al pobre por el arrastre. Sí, amigos, nunca he visto en una película hacer el ridículo más espantoso como hace el menda, al final ni justicia ni nada por el estilo, es más, hasta es perseguido por la policía por atribuirle un crimen que no cometió. La mejor parte del film, para mi gusto, es cuando en una de las tantas peleas al protagonista le dan más sopapos que al tonto de clase, el tío, al haber sufrido cortes en los tendones de la muñeca, se implanta unos tubos de plástico a modo de venas (!!!) y unas placas en la pierna y la espalda para suplantar un trozo de hueso que le falta (la madre que los parió…). Es porque había otra gente que estaba visionando la peli conmigo, porque me entraron ganas de sacar la cinta y lanzarla por la ventana. ¿Sabéis qué? Que le den a la reseña también, así se queda, no tengo ganas de seguir, a tomar por culo la puta peli esta.

Ficha IMDB de la película