En el día de ayer nos aventuramos en una cuasi-maratónica sesión doble con una temática constante… ninjas. Y digo maratónica porque ambas películas pecaron de largas, o al menos de parecerlo. Antes de empezar a comentar Ninja Hunter he de hacer una pequeña mención al grandísimo maestro David DeCoteau, y antes de que me tiren piedras y ustedes piensen qué es lo que me he metido en vena para hacer tal afirmación, permítanme expresarme. La pericia de este grandísimo cabrón radica en que hace películas que duran 75 minutos escasos pero que al espectador le rinden como si fuesen 120… ayer, además de Ninja Hunter, vimos ese pedazo de mierda infecta que es Robot Vampire, y que se hizo igual de larga e infumable que las ya también comentadas Puppet Master 6 y La Hermandad 3. Bueno, ahora, pasen y lean…
Esta película también se nos hizo larga, basicamente por el hecho de que en los 91 minutos que duran, no hay descanso… Se pasan repartiendo mamporros y ejecutando coreográfias bastante cómicas los 91 minutos mencionados, aderezadas con sonidos sampleados de cortar el viento que no cesan de sonar en ningún momento y que terminan por CANSAR bastante. Y por si fuese poco, en el guión no existe la noción del tiempo… a una niña le matan a sus padres y 2 segundos después tiene 18 años y esta visitando las tumbas de sus difuntos, eso sí, a los demás personajes de la película no les ha salido ni una cana a pesar del paso del tiempo.
De poco me he podido enterar, porque el ritmo de la película se las trae, es más frenético que el de la peli de Mortadelo y Filemón. Al principio de la película esta peleando el malo (maestro White, véase foto) con un shaolin que se parece un cojón al Tou-Pai-Pai de Dragon Ball. Después de una delirante escena en la que unos mataos le pegan con unas lanzas y un hacha de por-span al malo sin hacerle nada, éste se va a reclutar un clan de ninjas, liderado por un ninja de blanco con bigote hitleriano y el ninja-burbujita de freixenet (ver 2ª foto). Entonces consiguen quemarle el templo a los shaolines.
Y es que por mucho que quiera no consigo organizar la película en mi cabeza, pero sí puedo comentar que no le falta de nada… hasta hay zombies «venenosos», amén de todo tipo de maestros de artes, solamente faltaban unos samurais con armadura de campaña de por medio. Y es que cada personaje que aparece, aparece con un arma más exótica, hasta hay una tipa que hace virguerías con un plumero. También la técnica con la que el malo le va drenando la esencia vital a las mujeres, que consta de unos movimientos característico con una frotada en los pezoncillos… si, no me lo acabo de inventar. O bien la ultra-patética escena en la que dos panolis espían a su maestro mientras esta haciendo cosas poco decentes (más bien el gilipollas) con una señorita.
El despliegue de cablería de la película es espeluznante, todo dios es capaz de volar, hasta el punto en que nosotros perdimos el interés por saber si se veía el cable que los sujetaba o no… lo mismo nos ocurrió con los trampolines. También mención especial para técnica marcial estrella de la película, la punzada shaolín, que con el dedo índice son capaces de perforar lo que sea… menos al malo, que no le hacen nada y suena un sonido en plan «clinck»… si le metiesen el dedo en el ojo… terminarían antes la verdad.
No voy a instar a nadie a que no vea esta cinta, porque, la verdad garantiza unas cuantas carcajadas. Dedico este análisis a Seamus, que le pirran este tipo de pelis