Son el inestimable Brian Yuzna y nuestra querida Fantastic Factory quienes nos brindan este estupendo documental sobre la inmigración ilegal y los dispares destinos que sufren aquellos inmigrantes a quienes intercepta la guardia civil en el cumplimiento de su deber… Bueno, pongámonos serios…

Hacía tiempo que no teníamos en nuestras manos material dirigido por Brian Chusma, y es que me cago en todos los muertos más frescos de este impresentable. Esta claro que otra cosa no, pero en cuanto a superación personal este personaje no tiene precio, aunque claro, siempre hacia peor. Excuso ya comentar cualquier detalle sobre los politoxicómanos que le financian sus proyectos (porque sinceramente, no creo que nadie en su sano juicio le dea dinero para nada).

La película es un completo sin sentido, ya que nos lo dispone todo desordenado, recurso resultón pero ya muy típico para que la película se haga «la interesante», obviamente en este caso este recurso esta mal empleado. Tenemos a un fugitivo que mas que como una regadera, esta como un escurridor de lo que se le va la olla. A éste le persigue un perro-bulldozer con dientes de metal y brillo en los ojos. Esta tramilla se intercala con el mismo tipo en un barco pesquero-patera en el que viaja con su novia, hasta que los encuentra la guardia civil, que no duda en sacarse de MP5s y empezar a disparar a los ilegales.

Cabe mencionar la imagen que el señor Chusma da de nuestro país hacia el exterior (y eso que ya lleva unos cuantos años trabajando aquí)… según él, España=Méjico. (Y nos fumamos canutos de marihuana de tamaño industrial como quien no quiere la cosa).

El tipo este escapa del perro, compaginando con sus alucinaciones y sus flashbacks que no llevan el argumento a ningun lado; metiendo de por medio algún momento estelar… como cuando escapa en pelota picada del perro y se encuentra con una señora mejicana y su hija. Obviamente, al encontrarse un desconocido en pelotas hablando con su hija, se saca de escopeta… pero claro, a punta de escopeta se lo lleva derechito a la cama de su habitación y deja a la niña fuera. Imaginense la escena, la niña golpeando la puerta de la habitación gritando que «viene el monstruo» y la madre mandándola a mierda mientras fornica como una coneja. ¡Bravo!

Lo curioso es que al final de la película se atan cabos para dar un nuevo sin sentido a los flashbacks de la película, resulta que la novia del prota, cuando los pillaban las autoridades, se cepilla al alcaide de la prisión… con el consiguiente enfado justificado del prota ya que aunque ella dijese que no, se la oia disfrutar de su rato con el alcaide. El prota la manda a la mierda y el alcaide le echa al perro encima a la novia del prota. Cuando el perro ya la ha destrozado por completo el prota reacciona y desfigura al perro a palos. Es entonces cuando al final de la película el prota desentierra a su novia de la playa (el cadáver NO estaba nada deteriorado) y al igual que en TERMINATOR se levanta de entre el fuego (sí, hay una gran explosión por si todavía lo dudaban) el esqueleto metálico-cyborg del perro para rematar la película para regocijo del espectador, ya que la película se hace LARGA por insufrible.

IMDB de la película. Próxima parada con el Sr. Chusma en … La Monja.