Pr3d4t0r ha descubierto una forma de torturar a nuestros ya curtidos cerebros (mas que cerebros debemos tener puro callo duro dentro del cráneo a estas alturas), ultimamente nos esta deleitando con las películas más lentas, soporíferas y muermas del universo. La que nos ha tocado esta semana ha sido del calibre de Moontrap, o puede que incluso peor… tengo la tensión baja, me siento como si me hubiesen dado una paliza. Leer más…

El cúmulo de despropósitos que me ocupa empieza con la típica (y barata) escena a campo abierto de los ciudadanos disparando contra los zombies, que como es costumbre, aunque vienen a paso de tortuga coja, pues llegan rapidamente a los sitios, es más, hasta consiguen coger por sorpresa a los que… bueno, la verdad es que si les pilla un zombie, se lo merecen. Terminan la limpieza, pero les queda un zombie vivo, que mire usted que mala leche, es el zombie de un memorable asesino/violador en serie.

Pues bien, 14 años despues, el zombie este ya tiene una careta con la que se asemeja mas bien a la de Mortiis, solo que más cutre. Y despues de pasarse todo ese tiempo encerrado en un granero, decide salir a crear familia, pero tranquilos, que aun le llevara un par de años hacerlo, la cuestion es que yo no sabía que una pandilla de zombies pudiese aguantar tantos años sin sustento.

Y en el pueblo, un ricachón ha comprado la parcela del cementerio para montar un concesionario de coches… en un pueblo de mierda perdido en medio de ninguna parte. Bueno, el caso es que el rollo del cementerio, el concesionario y todo eso no tiene absolutamente nada que ver con lo de los zombies, solo esta para meter carne de cañón y sobre todo alargar agónicamente el sopor que produce esta cinta, que por tener, no tiene ni momentos para recordar. Bueno, si que hay un detalle que se queda «grabado en la retina» (como bien diría el impresentable pr3d4t0r), y es que por alguna extraña razón, el director mete planos del zombie «jefe» abriendo la boca como un buzón de correos y emitiendo gruñidos a razón de 1 plano cada 2 minutos, a lo mejor piensa que asusta o que le ha quedado bien el trabajo de maquillaje… que va a ser que no.

Pero tranquilos, que en el pueblo este son gilipollas de más y podremos ver eses «momentos de lucidez» que caracterizan a las víctimas de las películas de zombies. Es mas, son tan profundamente subnormales que al final de la película vuelven a dejar al mismo zombie vivo y suelto por ahí.

Película altamente recomendada para gente con problemas de insomnio. IMDB.