Les compadezco señores televidentes. Ha empezado el verano. Si pensaban que la basura apestaba en meses menos calurosos, preparense para huir en masa por culpa del calor estival. La mierda se reproduce en estado puro. Todos los canales se afanan para mostrarnos lo peor entre lo peor en su programación. Les recomiendo sinceramente una cosa: vayan a la playa, al monte, al desierto, a Marte, a donde deseen… pero HUYAN, no enciendan su televisión.

Pertenezco a una clase de ser humano que, terminado el verano, tendré que acudir al psicólogo o, en su defecto, al frenopatico. No tengo vacaciones, por lo tanto, en más de una ocasión estaré condenado a encender la caja tonta y sufriré sus irremediables consecuencias… y sus más que probables efectos secundarios (sudores, alucinaciones, paranoya, mongolismo…).

Un recorrido televisivo en un día cualquiera nos puede mostrar estas aberraciones psicotrópicas:

– Comencemos la mañana con potencia: En «La 2», podemos deleitarnos con la andanzas de SHENA (o como diablos se escriba). Contundente ejemplo de los efectos de las drogas en el comportamiento de un guionista cualquiera. En uno de sus capítulos, además de la lógica sobredosis de cartón piedra y plástico de «Todo a 0,60€» podemos alucinar con aberraciones anacrónicas absolutamente espectaculares. Suponiendo que la serie versa sobre una guerrera en la antigua Grecia… ?????qué cojones pinta el siguiente batiburrillo … legiones romanas, el Cesar, ??????????Jesucristo!!!!!!!!!!!!!, Zeus y Apolo, ????????el Rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda!!!!!!!…. ????? Y todo eso en ??????MENOS DE UNA HORA!!!!!…. Pues ya saben… un carajillo y a continuar la mañana con potencia.

– Cambiemos de canal. Le damos a la 5 y nos quedamos con la marujona-sabidilla por excelencia, la insigne María Teresa Campos que tanto les puede deleitar con sus comentarios políticos como sonrojar con sus «dotes» para el teatro.. 2 millones de amas de casa no se equivocan…

– Después de los espumarazos por la boca, podemos elegir el telediario, en todo caso va a dar igual porque todos, exactamente todos les dirán lo mismo.

– Cruel decisión ¿dormimos la siesta después de comer para recuperar las pocas neuronas que todavía no están fritas o nos sumergimos en el mundo de los talk-shows? Escojamos la 2ª opción. (quiero seguir vivo en septiembre).

– Nos despertamos, encendemos un trujo, aspiramos, nos damos el gustazo con su inconfundible sabor, tosemos, expulsamos esas flemas cancerígenas y encendemos la tele (igualmente cancerígena). «A tu lado», «El diario de Patricia», la serie chunga de la autonómica de turno o el bolo veraniego entre el Murcia-Atlético Ipanameño las rayas del plus… ¡¡Hay tanto donde escoger!!.

– Después de los concursos típicos y los telediarios con las noticias refritas de la tarde, nos adentramos en la franja nocturna, la más alucinante, donde un programa reina sobre los demás con espectacular superioridad… «EL GRAN PRIX» , es decir, dos equipos de paletos haciendo payasadas y subnormalidades con tal de conseguir dinero para hacer unas fiestas patronales COMO DIOS MANDA (AY ESO SI OHHH).

– Si no nos hemos conseguido dormir siempre queda la telebazofia de «Cronicas» y similares… o la interminable gala «Murcia que bonita eres» o «Miss Verano» o algo similar, pero si persisten los síntomas de insomnio causados logicamente por la indigestión televisiva, siempre nos quedará cualquiera otra opción entre las que, fervientemente recomiendo, tirar la caja tonta por el balcón dedicarse a leer las obras completas de Gala o Sánchez Dragó, seguramente más divertidas y «kulturales».

En todo caso les recomiento una visitilla a cualquier profesional de la salud mental, seguro que el entenderá nuestro problema.