Creía que sería una peli de acción de estas cutres a más no poder, donde se llegan a ver las bolsas del liquidillo rojo que hace las veces de sangre, o donde ni siquiera se llega a ver el fogueo de las armas… pero no, no se queda ahí.

Estamos en el año 1999 y resulta que cada 1000 años el Diablo envía a un demonio que no tiene forma física, pero se aloja en el cerebro de la peña a través de los ojos, a conseguir una llave que abre la puerta de su prisión eterna.

Nuestro rubio Dolph es Lukas, un ex mercenario ruso que ha pasado a formar parte de una orden de templarios (sí habéis leído bien, templarios en el Siglo XX), y será el enviado que detenga al demonio.

Y bueno, empieza la mierda, el Lukas va por ahí adelante con un guante de piel dándole collejas a las personas poseídas por el demonio de marras, mientras intenta sacarse de encima a la pesada de la arqueóloga que ha descubierto la llave escondida. Mientras, lo persigue un cuerpo de detectives de la policía que sabe más de mitos que de su propio trabajo.

Lo más simpático es el demonio, que entra en todos laos con un MP5 en cada mano, haciendo barridos de izquierda a derecha, y la coña es que fulmina a todos con una puntería digna de mención, pa mi que hace trampas, (como alguna gente que juega al Counter-Strike). El resto de caballeros templarios son unos completos inútiles, que caen como moscas. Tanta cosa y tanto rozar el límite, y al final no se ve a Satanás (supongo que les saldría muy caro).

Sin duda, la nota distintiva de esta película, son los efectos de sonido sampleados, destacando por encima de todos, el gruñido diabólico del demonio, patatero como el solo, que hacia el final de la película ya aburre.

Aquí tenemos el ejemplo de a donde van a parar todos los protas de pelis de acción de clase media… Rezo a dios y a los santos para que en el día de mañana no haya una secuela con Van Damme como protagonista en el año 2000. Antes de eso, prefiero ir yo allí a encontrar la puta llave, y abrir las puertas del averno.

Nota: -1 sobre 10. Y eso que no aparece el diablo, que si no podría ser terrible.