scififighter_cartelLorenzo Lamas, Don «The Dragon» Wilson, Cynthia RothRock… Cualquiera de ellos es garantía de una sesión ascor pero, ¿qué ocurre si los juntamos a los tres en la misma? Esa pregunta tiene respuesta, es más, con el patetismo añadido de que cualquiera de los mentados ya estaba en horas bajas en el momento en que se defecó este aborto del séptimo arte. Y es que para destilar una mierda de este calibre, hay que comer mierda para volver a cagarla de nuevo, así ad-infinitum… porque disponiendo de todo un plantel de campeones de artes marciales y estrellas de cine de patadas de serie b y que aun así dé puto asco verlos peleando tiene mucho mérito.

Premisa es que tampoco hay, el Dr. Tanaka ha creado un entorno de realidad virtual para que los agentes del FBI se entrenen a gusto en escenarios plausibles. Y como la tecnología funciona bien, decide crear un videojuego de lucha y llevárselo a su hijo y a su nieto para que perfeccionen sus técnicas marciales. Todo va bien hasta que se cuela un virus en el programa y el nieto queda atrapado dentro, entonces su padre deberá atraparse también para rescatarlo. El resto se lo pueden imaginar, porque tenemos el pretexto perfecto para meter hora y media de peleas inconexas y sin sentido, a lo que le sumamos un héroe sin carisma ninguno y una villana que no hace nada más que aparecer para la última pelea.

Todo es paupérrimo en esta cinta:

  • # La máquina de realidad virtual juraría que es una Gamecube pintada.
  • # Los cascos de realidad virtual, SON CASCOS DE BICI CON LUCES.
  • # Los defectos especiales son patéticos, y en su gran mayoría son los que ofrecían de stock los programas de edición de vídeo de la época. Joder, son tan cutres que los de los Power Rangers estaban más currados, y eso fue 10 años antes de que apareciese esta aberración.
  • # Quitando las transiciones de ‘nivel’, luego no hay nada que nos indique cuándo estamos en el mundo real y cuando en el de ficción. Que al final es fácil, el mundo de ficción es cuando están peleando en el campo o en la playa.
  • # Como ya he dicho, aunque todos los que salen son campeones, no hay coreografías y todos pelean sin gana.
  • # Los trajes… LOS TRAJES, que se pueden encontrar en el chino de las esquina entre los rechazados de los pasados carnavales.
  • # Lorenzo Lamas, que solamente sale en la película lo justo para aparecer como estrella en el cartel. Y bueno, es Lorenzo Lamas, paupérrimo en cualquier cosa que haya hecho después de terminar en Falcon Crest.
  • # Las subtramas estúpidas, que en los primeros 20 minutos de película las meten de por medio, pero en cuanto entran en el videojuego quedan aparcadas para siempre.
  • # Los actores, que ya ni son actores directamente, porque simplemente estamos ante un refrito de campeones de artes marciales venidos a menos que decidieron quedar para tomarse unas birras y rodarse haciendo el mongo para una peli de mierda.

Una patética pérdida de tiempo, solamente se hace llevadera si se saca todo el catálogo de chistes sobre topicazos de videojuegos que se puedan hacer en cada momento. Los artistas estos deberían haberse quedado en sus respectivos gimnasios enseñando a nuevas generaciones y no volver al mundo del cine que ya los había rechazado hace más de 10 años. Y respecto a Lorenzo y Cynthia, están de florero y salen en la película lo justo para poner su nombre en grande en la carátula, que por dar no dan ni patadas en la película, solamente dan pena. ¡QUEDAOS EN LOS 90, Y NO VOLVAIS! ¡NO ARRUINEIS BUENOS RECUERDOS! Curiosamente, fue la última película que rodó la «reina de las patadas», ¡alguien con sensatez!

IMDB – Filmaffinity