El filme que me ocupa hoy, es un remake de «Jóvenes y Brujas«, con la excepción de que las cuatro chicas son sustituidas por cuatro chavalotes que se pasean toda la película en camisa de asas y enseñando sus respectivas tabletas de chocolate. Dejando las connotaciones sexuales de la película a un lado, esta va de un reducido grupo de chavales que son descendientes de las familias de brujas que consiguieron escapar de las quemas de brujas europeas y, como no, lo hicieron hacia América…
La verdad es que así pintado, con la carátula oscura y con el tráiler ultra-fashion de la película… hasta aparenta ser buen cine palomitero, pero no nos engañemos, porque el cotarro lo dirigió Renny Harlin… que puede que así en frío no os suene de nada, pero si os digo que en los último años ha dirigido cosas como «El Exorcista: El Comienzo«, «Cazadores de Mentes«, o «Deep Blue Sea«… pues puede que penseis «¡Ufff!, seguro que es un coñazo.», y no os equivocais, esta cinta no es una excepción.
Pues estes chavales, más que brujos, tienen poderes para todo lo habido y por haber, y como son los típicos jóvenes americanos con los huevos cuadrados de tantos esteroides que se pasan el día rodeados de calientapollas, os imaginaréis para que usan sus poderes. De esta forma, cuando a los chicos se les ponen los ojos negros y con chispas, podemos observar sus poderosos hechizos, que son del palo «Mirada poderosa: Vomitar» (Hace vomitar al pringado objetivo), «Ráfaga de aire levantafaldas», «Ganar partida de billar», «Levitar»… Ya, lo de levitar es cosa normalilla, pero los chavales aderezan la escena con la frase «¡Chúpate esa Harry Potter!». Como añadido especial, comentar el detalle de que cada vez que usan magia, los chicos consumen su propio cuerpo, por lo que si abusan de la magia, envejecerán mucho más rápido de lo normal, la idea no está mal, aunque si yo quisiese ponerle a mis hijos una película con moralina antidrogas, pues les pondría «Requiem por un Sueño» y no este tostón.
Las cosas cambian cuando llegan caras nuevas a la universidad, entre ellas una chica rubia, que enseguida se cuelga del prota. Y eso es básicamente lo que viene pasando en toda la película… Sí, los protagonistas tienen pesadillas, aparecen «Tétridos» (no pregunteis qué son, porque a mi nadie me lo ha explicado)… indicios de que hay una 5ª persona utilizando brujería, y allá, cuando faltan 25 minutos para que acabe la película, parece que el guionista se acuerda de que hay que empaquetarle a alguien el papel de malo. De hecho, hay una escena la mar de coñera, en la que el director de la universidad, le notifica al malo que han encontrado su carnet de la facultad en el coche de un chaval que murio en extrañas circunstancias, pero a nadie le parece mal, ni nadie le pone una denuncia…
Al final se pelean el bueno y el chico malo, en una pelea muy en la linea de Dragon Ball Z, los chavales se lanzan ondas vitales sin ton ni son, con la diferencia de que Dragon Ball Z ya hizo lo mismo hace tiempo, y lo hizo mejor. Y con la desaparición del malo termina la película, dejando numerosos cabos sueltos, personajes que son presentados y se esfuman a partir del mismo momento de su presentación, y a un servidor con la sensación de que ha estado perdiendo el tiempo.
No nos engañemos, hay formas peores y cintas mucho peores para emplear nuestro tiempo… pero esta, tampoco es que sea concretamente una forma «buena» de hacerlo, la película se queda sosa y a medio gas en todo, parece el capítulo piloto de una teleserie que jamás llegó a zarpar. Como nota positiva, los efectos especiales estan trabajados… y ¡¡no hay sexo!!, a pesar de ser la típica película de adolescentes americanos (eso debería contar positivo… ¿o no?).