Me perdonen ustedes por haber tardado tanto, pero es que después de la doble sesión del martes he estado en tratamiento psicológico toda la semana. Ahora me encuentro mejor, y aunque todavía me cuesta andar, ya puedo exponer mis razonamientos acerca de la hermosísima película de la que pudimos disfrutar unos cuantos. Espero con ansia ver los razonamientos de la que pudimos ver más tarde unos pocos, porque era «MEJOR» si cabe. (Black Sheep Derribado 
)
Después de una triste prueba con una película de sabe Dios cuando, Un Santa Claus fumeta y unos marcianitos la mar de monos (con antenas y todo), pasamos a la acción de verdad. Galego tenía en su poder La Piedra Filosofal: una película de Nu Image. Nada más empezar gritábamos de alegría (mentira) según aparecían los nombres Nu Image, Tosca Films… Pobres ilusos. El artífice: Danny Lerner, director de la ya vista Shark Zone; ¿sonaba verdad?
La historia (jajaja) es la siguiente. Una nave espacial choca contra otra, ambas extraterrestres, y la segunda al parecer pierde un recipiente metálico lleno de cristales que emanan (qué verba) energía. El tubito se dirige a la Tierra, con tan mala suerte 
que se estampa en un barco. Nu Image marcando siempre su estilo absurdo a la par que improbable; anda que no habrá océano y peces… En fin, el barco se va a hacer puñetas junto con su tripulación. Cinco años después aparece el mismo barco, en el mismo sitio y con los mismos tripulantes… Mmmmm, creo que tenemos que suponer que se trata de otro. Justo debajo hay una estación marina, que ya le molaba a Jaques Costeau, en la que… ahora que lo pienso no se que finalidad tenía 
Bien, supongamos que se dedican al estudio de fragmentos geológicos y al de algunos seres marinos. Llevan allí 10 años (tiene que molar salir 10 años después: ¡Sorpresa!). Un buen día (nunca pensé que esto pudiera existir) un BANCO de tiburones se jalan a un par de buceadores que estaban en la zona (para los que no sois amigos de Félix Rodríguez, banco es a peces como manada es a animales ). La familia tiburón decide acercarse a la costa para hacer un banquete, se casaba el pequeño. Ante tal estropicio el Gobierno avisa al jefe de la estación, que curiosamente aparece en Boston por arte de magia, seguramente le tocaba ir al Froiz a por la compra del mes. Culpan a la estación del incidente y un submarino militar sale de Boston para evacuarla con el jefe a bordo. Al llegar él y un fulano de la CIA o la EA o la TIA o el PADRE que dice que quiere ayudarlos bucean hasta la entrada. Pero en realidad sus intenciones son distintas (mmmhuahuahua). Lo que quiere hacer es deshacerse de los tíos que habitan la estación para poder hacerse con el tubo de cristales que se encuentra a escasos metros en el fondo marino, ¡¡lo que permitirá al gobierno estudiar la fusión fría!! ¡Viva viva! En fin, abreviando, el tipo monta una acojonante, y todo con una mierda de ametralladora. Que si explosiones, que si humo, que si no hay oxígeno, que si mi cargador dura más que el de la ametralladora de Rambo. Menudo berengenal. Mueren todos, salvo el jefe y su novia, y el indestructible fulano de la CIA. Y entonces, cuando todo parecía acabar mal (¡pero acababa joder!), aparecen los marcianos. Una pegatina de nave enorme sacada de alguna serie como Babylon 5, Star Treck o similares se planta en medio del océano y dos marcianos, Alien y Predator (o sus hermanos), se sumergen en busca del tubo de metal. El prota y su novia escapan al submarino buceando, y los tiburones aprovechan para darse el último bocado, se comen al malo maloso, puesto que ahora que el tubo ha desaparecido y su labor a concluído.
Momentos clave:
– La absurda colisión de las naves extraterrestres, aún más absurda que la del tubo en el barco.
– La colisión del tubo con el barco.
– La aparición del mismo barco con la misma tripulación años más tarde. (Nadie ha muerto, era todo una ilusión)
– Las imágenes aéreas del submarino, sacadas de Jag, alerta roja.
– Los tiburones, tenemos de dos tipos: Los extraídos de documentales repetidos hasta la 
saciedad. Y los que golpean puertas con el morro, estos últimos son de plastiquete y solo saben nadar arriba y abajo. También sirven para morder cables.
– El tiburón que saluda al jefe de la estación por una ventana, para morirse de la risa.
– El pedazo de maqueta de la estación submarina. Que cojones habría en toda la estación, porque solo enseñaban el laboratorio, el centro de mando y pasillos.
– Los sublimes filtros azules y juegos de niebla para recrear el océano.
– El tonto que se cae del hidroavión.
– Los saltos de cámara inexplicables desde el fondo hasta la superficie (bueno, sí tienen explicación, el que ha hecho la peli era un gilipollas).
– Los marcianos haciendo el idiota en el fondo marino.
– Sublimes explosiones marinas.
– En una web donde analizaban la película tenían una foto del análisis del laboratorio de los cristales, bien, se trata del código html de la página de google.
Cosas que hemos aprendido:
– Cuando clavas un palmo de cuchillo a un humano cerca de la médula no pasa nada, probadlo en casa, luego os lo podéis quitar de un tirón sin peligro de quedaros paralíticos. Sin miedo.
– Cualquiera puede hacer una película con final sobrecojedor.
– Todo fragmento de película sirve para hacer otra.
– Da igual que todo el mundo a tu cargo haya muerto o sido despedazado por tiburones, siempre hay espacio para un momento cómico. 
Por favor, ¡nunca más películas de tiburones!
