Sí, la verdad es que llegamos un poco tarde. Culpa mía no es desde luego, pero todo el mundo tenía excusa para no verla siempre que se daba la ocasión «Es que ya la he visto», «No tío, esa hoy no», o simplemente «Esa no la veo ni de coña». Pues nada, que me he armado de valor, y se la ha tragado un servidor él solito… Uwe Boll estaría orgulloso…

Lo cierto es, ¿por qué este impresentable usa licencias de videojuegos para hacer sus películas? Ya de por sí, suele coger licencias de videojuegos que no les importan a casi nadie, o que llevaban tiempo olvidados (Bloodrayne, Dungeon Siege, House of the Dead)… pero en esta ocasión ha sido todo un clásico, Alone in the Dark, padre de los «survival horror» (Resident Evil, Silent Hill), un juego que hacía que te cagases por la patita delante del 286. Pues bien, en este excremento fílmico no comparte absolutamente nada con los videojuegos del mismo nombre, lo único que los une es el nombre del personaje principal, Edward Carnby, y para eso, si en los videojuegos era un detective privado con fijación por lo oculto, aquí es un arqueólogo. ¿Para qué molestarse en leer el trasfondo de un videojuego de hace 16 años? Ya… es que para el señor Boll, leerse un folio es demasiado trabajo.

Pero no nos engañemos, después de ver la película, atendiendo a la filosofía del señor Boll, esta podría ser la película de cualquier videojuego, hasta del Mario Bros, ¿que por qué?. Vamos a ello… El señor Boll se levantó un día y decidió que ya se le habían ocurrido suficientes escenas de acción absurdas para hacer su próxima película, con lo cual llamó a sus lacayos:
UB: –«Chicos preparad las cosas, he tenido una idea genial, una especie de marines luchando contra unos bichos raros en unos escenarios muy oscuros. Eso no se le había ocurrido a nadie, ¿a que soy un genio?»
Empleados -«Pero Herr Boll, eso ya se ha hecho, no es nada nuevo»
UB: -«¿Ah sí? Dime dos películas en las que ya se haya hecho»
E: -«Aliens: El Regreso, Starship Troopers»
UB: -«Claro… claro… dime más»
E: -«Errr… emmm…»
UB: -«Ves? no lo ha hecho casi nadie.»
E: -«Vale, pero con estas escenas de acción no tenemos para rellenar una película»
UB -«Eso es lo de menos, ya lo arreglaremos luego, y comprando una licencia de un videojuego ya tenemos reclamo suficiente para que la gente la vea. ¡Venga!¡Andando!»

Y así obviamente no se pueden hacer las cosas. La película es el más absurdo y completo CAOS jamás concebido, la trama no se resuelve, sino que se enreda más y más dejando cada vez más cabos sueltos. Tras rodar un montón de escenas suelta e inconexas, el inepto el señor Boll debió pensar que poniendo la voz del protagonista en off diciendo gilipolleces (¡al público!) le daría algo de sentido a la película… ah, y como no, con un texto introductorio al principio de la película, ¡pero vaya texto!¡9 PUTOS PÁRRAFOS! 9 jodidos párrafos que cuando el narrador esta llegando a la mitad, el espectador ya piensa que se están riendo de él si piensan que se va a leer ese muro de texto, para eso nos compramos un libro, no te jode, sino no veríamos cine. Todo ello para narrar una paja mental que se resume en que «una civilización antigua desapareció misteriosamente».

Después un flashback a un orfanato, un niño se ha escapado y se ha escondido en una cabina de estas de «Alto Voltaje» a las que no se puede ni acercar uno. Después satamos a un avion, y luego viene una escena de persecución absurda en la que un superhombre persigue a nuestro héroe que lleva un extraño artefacto. El caos ha comenzado… pero no me gustaría continuar sin antes haber hecho la típica enumeración de los energúmenos que protagonizan esta bazofia:

 

  • Edward Carnby (Christian Slater): Protagonista de esta mierda. No tiene nada que ver con el personaje del videojuego. Parece que es el único que sabía que estaban haciendo un bodrio enorme de película y tiene cara de estreñido durante toda la cinta. Además, se pasa toda la película con la misma cazadora mugrienta.
  • Aline Cedrac (Tara Reid): Posiblemente, una de las peores actrices de la historia. Si ya en american pie su expresividad era nula, aquí su logro esta en tener una expresividad todavía más cercana a la de un armario empotrado. Su principal esfuerzo interpretativo ha consistido en llevar puestas unas gafas para parecer más lista, y aún así esta a varios eones de hacerse pasar por una arqueóloga.
  • Comandante Burke (Stephen Dorff): El personaje más absurdo de toda la película. Pertenece al organismo del gobierno «713», dedicado a lo paranomal, en ese mismo organismo también estuvo el Slater. Dorff opta por poner cara de asco durante toda la película, llevarse mal con todo el mundo en general, y sacrificarse como un héroe al final de la película para nada, porque no arregla nada ni ha hecho esfuerzo alguno durante toda la cinta para que cojamos ni el más mínimo apego a su personaje.
  • Profesor Hudgens (Matthew Walker): A este actor le conocemos el jeto de múltiples teleseries. Aquí hace del doctor malvado, que es malo porque sí, que implantó un parásito a los niños del orfanato del prota porque sí, se inyecta sangre de bicho porque sí, y quiere soltar a los bichos todos para terminen la humanidad porque sí. Muere de una puñalada trapera como pocas.
  • Agente Miles (Will Sanderson): Su papel es completamente irrelevante en la película (como los de todos los demás, para qué no vamos a engañar…), lo incluyo en la lista porque este probre chaval es el actor fetiche del señor Boll y lo saca en todas sus películas. También hay que saber decir que no de vez en cuando… Su papel se limita a sufrir una muerte cruel a manos de los bichos en un plagio sin precedentes de Alien.

 

Las escenas se suceden sin ton ni son, primero Tara Reid se reencuentra con Carnby y lo abraza para luego darle un bofetón (Indiana Jones), después el doctor maloso en un barco extrae del fondo del mar un arcón de oro y libera algo malo (Indiana Jones, otra vez). Acto seguido los bichos ya estan en el museo y matan al guardia de seguridad, y en una interpretación magistral, Tara Reid no hace absolutamente nada cuando ve a su compañero de trabajo de todos los días muerto. Pero no pasa nada, los de la agencia 713 tienen un superradar que detecta cualquier tipo de actividad paranormal en todo el mundo (pero no ha detectado la creación de esta película, lo cual indica que tal agencia no existe)… el resto os lo podeis imaginar, entran marines por todas las ventanas del museo, haciendolas añicos y empiezan a vaciar cargadores al aire, en una absurda escena en la que la pantalla permanece en riguroso negro con los flashes del fogueo de las armas, mientras suena heavy metal trapero de todo. Y no pasaré al siguiente párrafo sin hacer mención especial a los uniformes de los marines, que parece que han salido de un campeonato de trial en bicicleta, con unos petos antibalas en los que no faltan un relieve de los abdominales.

Acto seguido Carnby se pone manos a la obra y va junto a un amigo suyo a pedir consejo sobre los bichos y preguntar por los niños del orfanato, de los cuales por lo visto ninguno se ha hecho una radiografía en la puta vida, porque siguen todos con el parásito. El amigo de la 713 le da a Carnby unas balas que… bueno, para resumir todo el rollo que suelta, son balas con revestimiento de LUZ, que sí, que no me lo estoy inventando, suelta un rollo de 3 pares y concluye conque esas balas llevan un revestimiento de fotones, porque al parecer los bichos son vulnerables a la luz. Después Tara Reid le hace una visita a Carnby a su despacho. Aunque Carnby está dormido, no importa, de sopetón empieza música de folleteo y entra la escena de sexo injustificada e innecesaria que hay en toda película de Uwe.

Y en otro giro argumental, ahora los marines se dirigen a una mina porque allí hay concentración de bichos, y aparentemente Stephen Dorff y Slater ya no se llevan mal. Como los marines son muy listos, deciden ir de noche para que los bichos (que ahora están bajo el mando del profesor malvado, porque sí, como todo lo que ocurre en esta mierda de peli) puedan campar a sus anchas en la oscuridad. Los buenos descienden a la mina y descubren el laboratorio en el que el profesor malvado realizaba sus experimentos con los niños, y en dicho laboratorio esta la puerta que dirige al mundo de los bichos (¡qué casualidad!). Cuando los protas dudan de si abrir la puerta o no, Tara Reid hace un nuevo esfuerzo interpretativo diciendo «Algunas puertas no deberían ser abiertas», pero como hay que atar un cabo suelto y matar al cabeza de turco que hace de malo en la peli, aparece en escena el profesor, para abrir la puerta y que de paso lo maten. Entonces Dorff hace su estúpido sacrificio con una mochila llena de explosivos nucleares mientras los otros 2 escapan y van a dar al orfanato. Allí se encuentran a la monja que cuidaba de los niños recién suicidada (también porque sí).

Y para concluir, la ciudad ha sido evacuada por culpa de la invasión de bichos, de ahí el sacrificio absurdo de Dorff. Para Uwe Boll una ciudad evacuada son un par de calles con vehículos atravesados en ellas con las puertas abiertas, mientras los dos protagonistas deambulan por las calles desiertas. Pero como hay que darle el toque chungo al final de la pelí, una cámara en primera persona arremete contra los dos (ya no quedaba dinero para hacer más bichos por ordenador)… pero… un momento, ¿no es que los bichos no podían salir de día? ¡exacto! Pero qué más da, esto es una peli de Uwe Boll. Os dejo con una recopilación de hechos y escenas absurdas de la película… ¡hasta la próxima!