La «nueva» de Jet Li resulta ser una película made in Hong-Kong del año 95. Un bochornoso espectáculo de muñecos de trapo, armas de munición infinita, y un prólogo y un final que dan puta pena.

Vas al videoclub y alquilas esta joya diciendo: «Mola, aunque sea mala, por lo menos veré unas ostias guapas, además, esta el Jet Li». Pero lo que uno no se imagina es que está alquilando una peli de hace unos añitos en la que Jet Li mas bien era un pringao. Pero la cuestión es que solamente veremos un par de peleas, y aún por encima cutres, y Jet Li sólo hace una de ellas.

La movida trata de un ex soldado que perdió a su mujer en un atentado terrorista perpetrado por el malvado «Doctor» (sí, el malo se llama simplemente «Doctor»), y que en la actualidad es el doble de un famoso actor estilo de Jackie Chan. La cuestión es que, por una casualidad de la vida acaban todos reunidos en una exposición de unas joyas en las que el grupo terrorista del malvadísimo «Doctor» tiene pensado dar su siguiente golpe, y el «doble mortal» mandará al tacho sus planes.

Si ya el argumento deja bastante que desear… la puesta en escena es todavía peor… muñecos de trapo para nada disimulados que son atropellados, tirados encima de coches y cortados a la mitad… un helicóptero/tiovivo/radiocontrol… los terroristas desactivando los sistemas de alarma ya después de que tengan hasta el ejército a las puertas del hotel… un coche que aguanta ametralladoras pesadas, lanzallamas y después todavía sigue andando…

Detalles curiosos son tales como los malos, que cuando impactan las balas en ellos salen… ¡CHISPAS! O bien el actorcillo estilo Jackie Chan, que se pasa toda la peli llorando y haciendo el gilipollas y al final empieza a repartir más ostias que en todo el resto de la película. O bien la escena de lucha de Jet Li, que es reproducida a cámara rápida con el fin de… hacerla más patética. Y aún por encima hay que aguantar intentos de humor al más puro estilo Ghoulies IV con un toque japo que todavía lo hace menos gracioso. Y si eres capaz de aguantar toda la película… tranquilidad, porque el desenlace es lo peor de todo.

Si ves este engendro en tu videoclub, pídele al dueño que por favor, la quite del estante para que nadie caiga en el gran error de alquilarla, ya que cualquier individuo podría entrar en un mecanismo autodestructivo como consecuencia de la frustación y el engaño que genera este «filme», si es que se le puede llamar así.