Una rana veterana de Vietnam adicta a la heroína, una diva hipopótamo engañada por una morsa traficante de coca, una rata sin escrúpulos realizadora de pelis porno underground, un elefante maníaco-depresivo ansioso de Parazetamol, una mosca hijoputa paparazzi y un sin fin de personajes de lo más dispar son los protagonistas de esta frenética película interpretada por muñecos y marionetas varias. Sí, la versión hard-core de los teleñecos es una realidad y es obra de nada que de… Peter Jackson! Y es que todos tenemos un pasado…

Ya sé que parece mentira, pero el director y creador de «El señor de los anillos» es también el culpable de esta maravilla de serie-B (y de otras similares como «Mal gusto» y «Braindead») donde la escatología y el cutrerío campan a sus anchas. A simple vista parece un truño enfermizo, pero está plagado de humor negro y escenas gore asquerosas que hace que te partas la caja durante toda la película.

Narra las penurias de una compañía de vodevil que está apunto de quebrar debido a la desmadrada vida de sus artistas y todo depende de que su última función sea un éxito para no acabar en la ruina. No es de extrañar que esta compañía sea un descontrol total al comprobrar que está formada por lo peor de cada barrio: yonkis, chulos, traficantes, mafiosos, putas, etc, y que el pobre director se las tiene que ingeniar como pueda para que todo esté listo el día de la función. La verdad, las esperanzas son nulas cuando encuentras escenas como cuando la gata se la chupa a la morsa, la rana veterana de Vietnam (no me siento las ancas, Dios mío!) que se mete unos chutes de caballo de padre y señor mío, el intercambio de cocaína entre la morsa y el jabalí en medio de un partido de golf, la hipopótamo que se zampa una pastelería entera y otras lindezas de este estilo. Y esto es sólo la punta del iceberg, porque si profundizamos con el rodaje de la peli porno de la vaca con el saltamontes, el contorsionista que se mete la cabeza en el culo o la sífilis que empalta el conejo por culpa de sus «caiditas de Roma» incontrolados es evidente que esto no tiene solución. O sí? Todo ello desarrolla una escena final adrenalínica que despeja la incógnita y que narrar aquí sería chafar un final de lo más sorprendente, tenéis que verlo.

Es una película que no deja a nadie indiferente, sus detractores (que se cuentan por docenas) tienen motivos de sobras para detestarla, pero no hay que quedarse con la superficialidad de los vómitos y el gore, contiene un sarcasmo y humor negro de lo más cachondo y con el tiempo hasta le cojes cariño a los peluches estos, sobre todo a Bletch la morsa. A mí me ha encantado, que queréis que os diga. Es evidente que es un film de bajísimo presupuesto y visiblemente cutre, pero aunque medio mundo despotrique contra ella no me va a dejar de gustar. O puede también que en realidad sea un truño y que yo esté enfermo.

En definitiva: ¿Obra maestra o bodrio?

Enlace IMDB de la Película