Después de ver a David Hasselhoff blandiendo un sable láser contra 2 robots en stop motion en Starcrash, pensábamos que ya lo habíamos visto todo en cuanto a despropósitos estelares buscando la fama a la estela de Star Wars… ¡Pero qué grande es el mundo del cine Ascor que nunca terminas por verlo «todo»!

Sinceramente, de una película que en versión original se titula «Motín en el Espacio», ya no te esperas mucha cosa, tal vez una comedia rancia por el estilo de las
«…como puedas», pero no, pretende ser seria. Seriedad que se pierda aproximadamente en el minuto 3 de película, cuando nos quieren hacer creer que una nave industrial con amplios ventanales por los que entra la luz del día es la sala de máquinas de la nave espacial. Sala de máquinas que el malo, que tiene cara de malo, que después de cada escena donde realiza una fechoría tenemos un estupendo primer plano de su maquiavélica (y forzada) carcajada de malo maloso.

Concretamente quería evitar la llegada de la nave donde entra el guaperas del bueno en la peli, sin lograrlo obviamente. El porqué quería hacerlo, no lo entendemos, toda su actividad se basa en actos de violencia gratuita con los que pretende dirigir la nave a un destino distinto porque sí. Se ve que la promesa de un nuevo planeta tierra se hace algo escasa y es mejor llevarla a un sistema poblado de piratas.

Y así funciona el asunto, tenemos a los buenos, liderados por papa noel, que visten leotardos azules de categoría denigrante, que están encerrados todo el día en el puente de la nave, bien sea trabajando o de fiesta. A los malos que visten de rojo (no vaya a ser) y resultan ser el equipo de seguridad de la nave… y por otro lado a unas mujeres magas de nosequé planeta que llevan un modelo de vida bastante hedonista, y su papel en la película es (como ya imaginareis) enseñar las tetas. Enseñar las tetas y bailar como gilipollas, y cuando uno ya se había olvidado de ellas aparecen para destripar los planes del malo a papa noel.

Por lo demás, salvo sables láser, este bodrio mayúsculo tiene acción a raudales, láseres de todos los colores habidos y por haber (los rayos láser de las armas de los protagonistas cambian de color aleatoriamente). Tenemos también unas estupendas persecuciones por la nave industrial en unos vehículos que hay que verlos para creerlos, imagínense un quad cubierto con unas tablas de conglomerado con un «Enforcer 3» pintado… sí, es tan cutre como suena. O el bazoka del prota, que es un cacho de tubería hueco que dispara unos rayacos explosivos que pa qué… o en la fiesta del puente de la nave, que tienen a una tía de espaldas porque es un cardo borriquero de los que meten susto… o… paso, paso de hurgar en el trauma que supone asimilar esta producción putrefacta, de mal gusto, y rodada e interpretada por un plantel de simios hijos de puta paridos por un bantha con gonorrea. Ahora que me he quedado a gusto… disfruten con el trailer de esta porquería, y ¡hasta la próxima!.