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A David Carradine la fama toda le viene de la televisión, de la serie de Kung Fu, porque lo que se dice del cine… ha hecho una cantidad de truñacos de cojones, a cada cual más malo. Lo que a lo mejor mucha gente no imaginaba, es que había protagonizado varias de «espada y cutrería», de esas que tan de moda estuvieron en los 80…
Ayer acaparé valor, y decidí ponerme a ver esta joya que teníamos aparcada hace tiempo. Y digo aparcada porque estos cobardes no se atrevieron a verla en su momento. Los 80 fueron una época fabulosa para los amantes de la «espada y cutrería», docenas y docenas de incompetentes pensaron que podrían seguir la estela de Conan El Bárbaro y hacer unos dinerillos fáciles. A la hora de la verdad, todos, absolutamente todos (incluido el «chuache» con la 3ª parte bastarda) habían hecho una montaña de VHSs de mierda que solamente sirven para hacer una buena fogata.
Hacia ya tiempo que teniamos guardada en la recamara una bala de plata, o eso pensábamos nosotros, porque la bala resulto ser de plomo y pesada con cojones. La verdad es que se nos amontonaban tantas películas que dejamos esta en el olvido, y aunque ya existe reseña en esta pagina (Gracias Sr. Perezoso), decidimos aventurarnos a su visualización y vaya obra de arte hijos mios, vaya obra de arte.
No, no confundir con la película de animación que se estrenó el pasado año, o la peli de videoclub que también fue a parar hace un par de años a los videoclubs. Como en todas las ocasiones especiales, en nuestra sesión doble, además de ver una peli nueva (que en esta ocasión ha sido La maldición de El Charro, ya comentada al detalle por Salfuman hace tiempo en su V.O.), también hacemos «revival» de las pelis ascor más míticas con las que nos hemos cruzado. Esta vez le ha tocado a nuestro idolatrado Christopher Lambert y su particular versión del […]
Si en algo somos los putos amos, es en encontrar mierda más allá de la mierda. Aunque esta vez hemos de reconocer que ha sido gracias a Blogcaspa, que nos ha revelado la existencia de este bodrio que deja a Los Hechiceros del Reino Perdido a la altura de El Padrino no, pero a la de Requiem por un Sueño sí. ¿En qué argumentos me baso para hacer tal afirmación? Pues basta con mentar que esta película tiene nada menos que 7 directores y 8 guionistas… y no, no fueron abandonando el proyecto sucesivamente.
Cuando intentas hacer un plagio de Conan el Bárbaro con un reparto de coña y un ambiente muy gay, puede provocar que acabes intentando acabar con el cartero con una espada de medio metro de largo al grito de ¡¡¡por Odin!!!…
