Ni los pedos mentales del argumento en general, ni el derroche de cutrería, ni David Hasselhoff blandiendo un sable láser, ni tan siquiera los subtítulos diabólicamente redactados para carbonizar cerebros de Starcrash, consiguieron hacer que nos pensásemos si ver o no esta «secuela». Que, de secuela… pues no tiene nada que ver con la primera. ¡Estos malditos italianos y sus secuela-exploitation nos han vuelto a timar! Hemos tropezado con la misma piedra por centésima vez. De hecho, el título italiano es «Giochi erotici nella 3a galassia»… sí, «Juegos eróticos en la tercera galaxia», agárrense que vienen curvas.
Estás navegando por los archivos de