En el año 1964 , Nicholas Webster dirigió esta película sobre el espíritu navideño que es tan rematadamente entrañable que no me explico como aquel año no hubo suicidios en masa en los Estados Unidos. Hay tanta cantidad de buen rollo y dulces sensaciones que después de verla lo que uno realmente desea es entrar en un centro comercial con una sierra eléctrica y no dejar allí a nadie con cabeza. De hecho, yo mismo después de tragármela he decidido apuntarme a una secta Satánica. Pero lo que a nosotros nos importa es que es una obra de ciencia ficción, y […]
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